Entre los parajes que conforman el litoral y las montañas del interior, al recorrer los mil rincones que configuran la Comunitat Valenciana, un viajero de espíritu sensible se sorprende de la enorme riqueza que atesora la cocina popular de esta región mediterránea. Desde el punto más meridional de la Costa Blanca hasta Castellón Costa Azahar, pasando por Benidorm o Valencia Terra i Mar, la gastronomía de la región es un verdadero deleite para los sentidos.
Más allá de la paella y los arroces, que todo lo acaparan, se ocultan innumerables platos cotidianos tan suculentos como poco conocidos. Recetas rurales o urbanas, depuradas por el tiempo y la sabiduría de sus habitantes. Fórmulas muy sabrosas, algunas de las cuales hunden sus raíces en tiempos remotos.
Todos ellos preparados con productos de inmejorable calidad y que se encuentran bajo la denominacion de origen de la comunitat valenciana.
Ahí están para ratificarlo las alcachofas de Benicarló, la uva embolsada del Vinalopó, los nísperos de Callosa, las cerezas de la montaña de Alicante, los aceites de oliva de la sierra de Espadán, las ñoras o pimientos de bola de Guardamar, las trufas negras del Maestrazgo de Castellón, la miel de la Marina Alta, las gambas de Dénia, los erizos de la costa alicantina, los langostinos de Vinaròs, los dátiles de Elx, el queso de la Nucia, y las naranjas y limones de tantas vegas, que configuran un breve apunte del selecto repertorio de productos típicos de la región valenciana.
Más allá de la paella y los arroces, que todo lo acaparan, se ocultan innumerables platos cotidianos tan suculentos como poco conocidos. Recetas rurales o urbanas, depuradas por el tiempo y la sabiduría de sus habitantes. Fórmulas muy sabrosas, algunas de las cuales hunden sus raíces en tiempos remotos.
Todos ellos preparados con productos de inmejorable calidad y que se encuentran bajo la denominacion de origen de la comunitat valenciana.
Ahí están para ratificarlo las alcachofas de Benicarló, la uva embolsada del Vinalopó, los nísperos de Callosa, las cerezas de la montaña de Alicante, los aceites de oliva de la sierra de Espadán, las ñoras o pimientos de bola de Guardamar, las trufas negras del Maestrazgo de Castellón, la miel de la Marina Alta, las gambas de Dénia, los erizos de la costa alicantina, los langostinos de Vinaròs, los dátiles de Elx, el queso de la Nucia, y las naranjas y limones de tantas vegas, que configuran un breve apunte del selecto repertorio de productos típicos de la región valenciana.
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