Ya esta nuestro amigo en su casa, se introduce en la cocina, y comienza a sacar de las bolsas lo comprado en el mercado, ya os dije que por su cabeza, hasta el momento en que decidió invertir la situación solo pasaban pensamientos gris negruzcos,era una persona agobiada por una situación arrastrante,pero del mismo modo, su intención era cambiar lo negro por el blanco inmaculado de las buenas sensaciones.
Su imaginación ha llegado a limites insospechados, y el echo de hacer algo que cotidianamente no solía, le esta sirviendo de bálsamo a sus penas,deciros que no es un habitual de los fogones, casi diría lo contrario, pero ese día algo en su interior le sugestionó y se metió de lleno en el papel de un gran cheff de cocina, a tal punto llegó que en su imaginación retenía la imagen muy clara de lo que quería hacer con esos productos que se había agenciado.Toda la mañana, la pasó leyendo e interpretando una receta que casualmente cayó en sus manos, disfrutaba del proceso de confección de su MENÚ a pesar de lo tormentoso y cansado que estaba resultando cada uno de los pasos a seguir para su elaboración.El momento de máxima felicidad fue cuándo tras vestir y engalanar su mesa, comprobó que esa mañana había pasado en un pis pasé y todo lo vivido le había servido para mejorar su auto estima.Os lo digo yo, un momento en una cocina con el corazón y la mente puesta en un final que solo vosotros podéis ver puede llegar a ser una fuente de energía positiva indescriptible, desde aquí os animo a que lo intentéis, y si lo hacéis me contéis vuestra experiencia , espero que esta historia le sirva de acicate a esos " solteros" a los que hace referencia mi gran amigo Rafael en uno de sus comentarios.GRACIAS.
Berta Vázquez
Hace 9 años
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